ECONOMÍA
Detallaron en Costa Rica factores del crecimiento económico en 2022
Al presentar al Consejo de Gobierno de los martes el informe Situación Económica y Perspectivas, el presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), Rodrigo Cubero, afirmó que las respuestas responsables y bien calibradas de política macroeconómica fueron otros aspectos que permitieron este notable repunte económico del país.
Tras destacar la robustez y capacidad de ajuste del sector privado –las familias y las empresas— ante el golpe de la Covid-19, Cubero indicó que la mayoría de las industrias ya superan niveles de actividad económica previos a la pandemia, así como -apuntó- existe una mejora en la confianza de los empresarios y los consumidores.
El presidente del BCCR resaltó que todo lo anterior se da después de la fuerte contracción del 2020 provocada por la pandemia.
Medido por el Índice Mensual de Actividad Económica, en diciembre anterior el nivel de producción de la economía superó en 5,1 por ciento al registrado en febrero de 2020, previo a la llegada de la enfermedad a esta nación centroamericana.
Sin embargo, señaló que las actividades vinculadas con el turismo, aunque tuvieron un fuerte crecimiento en 2021, todavía no recuperan los niveles de producción observados antes de la pandemia.
Cubero adelantó que las previsiones de su entidad reflejan que la economía tica tendrá una expansión de un cuatro por ciento en 2022-2023, tasa superior a la tendencia de largo plazo, estimado que -explicó- sería apoyado por la demanda interna y el vigor de las exportaciones.
Asimismo, refirió a los miembros del Consejo de Gobierno que las finanzas públicas continuarían mejorando en ese bienio, bajo el supuesto de que se mantenga la contención del gasto público y se aprueben las medidas fiscales acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los créditos externos, que permiten canjear deuda cara por barata.
Además, reveló que para el bienio 2022-2023, la inflación se mantendría dentro del rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación fijada (tres por ciento) por el ente emisor, pero con riesgos al alza.