COSTA RICA
Costa Rica y Nicaragua, vecinos y antípodas para la comunidad LGBTI+
El 28 de noviembre de 2021, mientras Víctor Manuel Pérez y Francisco Agüero se casaban en Costa Rica, en Nicaragua la mujer trans Leslie Olivera vendía su cuerpo al mejor postor. Dos escenas opuestas que reflejan cómo las políticas públicas de un país pueden facilitar la felicidad o llevar a la resignación a las personas LGBTI+.
Pérez y Agüero son jóvenes profesionales que se juraron amor en medio de las adversidades comunes de las personas LGBTI+, pero el poder casarse no solo les dio un nivel de felicidad y compromiso con el que antes no contaban, también les permitió hacer planes de familia, tener bienes en común, establecer un negocio juntos y expresarse abiertamente como matrimonio.
El matrimonio costarricense incluso puede adoptar hijos, si así lo desean, adquirir créditos en pareja o heredar como cónyuge.
Del otro lado de la frontera Olivera no solamente no puede casarse con la persona de su elección, sino que tampoco puede reunirse con otros miembros de la comunidad LGBTI+ en las calles en busca de aceptación.
Según la abogada especializada en temas de género, Argelis Montano, el matrimonio igualitario no se limita a «la pareja feliz», también está relacionado con derechos y oportunidades que se adquieren o se dejan de gozar.
Si el matrimonio igualitario es tema de debate en algunos países y no resuelve del todo el problema de la aceptación, en Nicaragua ni siquiera es una posibilidad, dado que la crisis social ha impedido que la comunidad LGBTI+ se exprese con toda la fuerza de sus colores debido al rigor con que gobierna el sandinista Daniel Ortega, afirmó un activista a EFE que prefirió omitir su nombre.
«Les ha afectado porque en los Días de la Diversidad Sexual, en años anteriores, hacían marchas, festivales, pero de un periodo para acá no se puede hacer. Para ellos (comunidad LGBTI+) es negativo, porque con los carnavales, con las marchas, se visualizan, dan a conocer a la sociedad que están ahí, que quieren participar y que están en este mundo viviendo y queriendo ser aceptados», explicó.